Elider Díaz, firmante de paz y líder Kankuamo, es asesinado por sicarios en Fonseca, La Guajira
Corresponsalías Populares Fonseca / 8-08-24
Oliver como también fue conocido, era firmante de paz, líder social Kankuamo, integrante de la mesa étnica del municipio de Fonseca y asociado a COOMPAZCOL Cooperativa Multiactiva Para la Paz de Colombia con sede La Guajira.

Elider Díaz (Oliver). Foto Corresponsalías Populares
El jueves 8 de agosto fue asesinado por sicarios en el municipio de Fonseca, La Guajira; Elider Díaz, conocido por la comunidad como Oliverio, un firmante de paz y líder social Kankuamo. Oliverio era asociado a COOMPAZCOL Cooperativa Multiactiva Para la Paz de Colombia e integrante de la mesa étnica del municipio de Fonseca.
La Cooperativa y la comunidad de Pueblo Paz (ETCR) ubicada en la vereda Pondores, emitió un comunicado de condolencias y rechazo por el asesinato de Elider Díaz – Oliver, manifestaron su solidaridad con toda la familia y amigos, “padre, amigo, hermano, firmante de paz, líder social Kankuamo e integrante de la mesa étnica del municipio, repudiamos su asesinato”
Oliver dejó a una pequeña hija, dos hermanos Luz Delfa Díaz y David Antonio Díaz.
El mensaje de COOMPAZCOL, finalizó con un llamado a la fortaleza y a continuar “juntos …construyendo paz y honrando la memoria de quienes nos han sido arrebatados por la guerra en tiempos de “paz”.
Elider Díaz, se convierte en el primer firmante de paz asesinado en Fonseca, La Guajira, municipio donde se encuentra el espacio territorial de Pondores ETCR.
La comunidad, está alarmada e hizo un llamado, para que el gobierno nacional garantice la vida de los y las firmantes de paz.
El periódico Corresponsalías Populares, una iniciativa en comunicación comunitaria y alternativa, liderada por COOMPAZCOL para visibilizar las realidades de las comunidades indígenas, negras, campesinas y de firmantes del acuerdo de paz; hace un llamado a los organismos e instancias surgidas del acuerdo para que se pronuncien y se definan medidas frente a los graves hechos sucedidos en Fonseca, y que solo son la punta del iceberg de los múltiples complicaciones de seguridad física que aquejan a lideres sociales y excombatientes en la región de la Serranía del Perijá.







