Colombia: País de diálogos y ciclo infinito de Promesas y Demandas incumplidas
Yesli Paola Hernández / Fonseca, La Guajira / 25-04-25
Mientras el Estado promete soluciones históricas en mesas de diálogo, comunidades como Conejo, en La Guajira, exigen acciones ante décadas de incumplimientos.

Imagen ilustrativa
En Colombia, los diálogos son un ritual político: ceremonias de promesas, actas firmadas y fotos protocolarias que rara vez se traducen en realidades. El corregimiento de Conejo, en el sur de La Guajira, es testigo de este ciclo infinito. La reciente visita del viceministro de Agua, Edward Libreros, para impulsar un acueducto que "liberaría a la región del negocio del agua", reavivó esperanzas en esta comunidad wayuu.
Pero la euforia duró poco. "Llevamos años escuchando lo mismo. El agua sigue siendo un privilegio, no un derecho", denuncia María Fernanda Ipuana, lideresa local.
Diálogos que no cuajan
Desde el acuerdo de paz de 2016 —con 34% de sus puntos incumplidos según la Misión de Verificación de la ONU (2023)— hasta las mesas fallidas con la Minga Indígena en 2021, Colombia acumula compromisos rotos.
En La Guajira, la lista es larga:
• Proyecto de agua potable (2017): Prometido para Manaure, Uribia y Maicao, aún no opera a plenitud.
• Hospital de Riohacha (2020): Solo existe en planos.
• Vía Maicao-Uribia: Pactada en 2022, sigue siendo un camino polvoriento.
"Firmamos actas, pero luego no hay presupuesto o voluntad política", explica Jorge Gómez, coordinador de la Coordinadora Campesina y Étnica de La Guajira.
La Guajira: promesas en el desierto
Mientras tanto en Conejo la desconfianza crece. El proyecto del acueducto, clave para combatir la mortalidad infantil (23 niños Wayuu muertos por desnutrición en 2023, según ICBF), enfrenta trabas burocráticas. "Nos dicen que hay que priorizar estudios técnicos, pero ¿cuántos más hacen falta?", cuestiona Ipuana.
Tras la visita del viceministro, la comunidad declaró asamblea permanente: una medida extrema para exigir hechos. "No nos moveremos hasta ver tuberías, no papeles", advierte un comunicado local.
¿Diálogo o teatro político?
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha instalado 143 mesas de diálogo en dos años (Ministerio del Interior, 2024), pero organizaciones internacionales señalan que solo el 18% derivó en acciones concretas. Para Ana Tibaduiza, analista de la Universidad Nacional, "el diálogo sin ejecución es una farsa que desgasta la confianza en la democracia".
Mientras tanto, en La Guajira, el reloj corre. Las temperaturas superan los 40°C, y los jagüeyes —pozas de agua fangosa— siguen siendo la única fuente para miles. "Hablan de paz total, pero aquí la guerra es contra la sed", sentencia Ipuana.







